La importancia de la Conexión: Shelby Betke

Sin-título-2

El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, así que quería aprovechar esta oportunidad para compartir algunas ideas sobre cómo establecer una conexión con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza es vital para construir y mantener nuestra salud mental.

Muchos de nosotros hemos enfrentado nuestras propias luchas o hemos visto a amigos y seres queridos luchar con sus demonios internos. Es esencial extender nuestra compasión y comprensión a quienes están luchando con su salud mental, especialmente aquellos que pueden estar luchando contra pensamientos suicidas. Al fomentar conexiones con nosotros mismos, con los demás y con el poder curativo de la naturaleza, podemos ofrecer apoyo y esperanza.

 

Al inicio de la pandemia, el distanciamiento social se convirtió en una herramienta vital para controlar la propagación del virus. Significaba mantenerse físicamente alejado de familiares, amigos e incluso compañeros de trabajo. Estas restricciones fueron desafiantes y provocaron una sensación de aislamiento que muchos de nosotros nunca antes habíamos experimentado.

 

Incluso antes de que la pandemia nos mantuviera enmascarados y a dos metros de distancia, ya nos habíamos convertido en una sociedad solitaria y distante. Todos los días pasamos horas atrapados solos en el tráfico, sentados solos en el autoservicio o aislados en casa. A medida que la urbanización y la tecnología redefinen nuestro mundo, hemos visto la desaparición de espacios comunitarios donde las personas pueden reunirse, conectarse y construir relaciones. Las plazas tradicionales, los centros comunitarios y los parques públicos están desapareciendo o están infrautilizados, lo que deja a las personas con menos oportunidades para reunirse y formar vínculos. La ausencia de estos espacios obstaculiza el desarrollo de comunidades fuertes y solidarias.

 

El aislamiento no sólo afecta nuestra vida social; Tiene un impacto significativo en nuestra salud mental y bienestar general. La soledad se asocia con un aumento del estrés, la ansiedad e incluso problemas de salud física. Es importante reconocer que este aislamiento no es simplemente una consecuencia de decisiones individuales, sino que está profundamente arraigado en la forma en que ha evolucionado nuestra sociedad.

 

Las consecuencias de esta desconexión son de gran alcance y tienen un impacto significativo en nuestra salud mental. Los sentimientos de soledad, ansiedad y depresión se vuelven más frecuentes a medida que nuestras interacciones sociales disminuyen.

 

¿Entonces qué hacemos al respecto?

Conocernos a nosotros mismos es el primer paso.

En nuestra vida moderna, a menudo nos encontramos funcionando con el piloto automático. La rutina diaria puede ser implacable y dejarnos poco tiempo para la introspección. Pero es fundamental conectarnos con nosotros mismos a un nivel profundo para mantener una buena salud mental.

 

Nuestro viaje hacia una mejor salud mental comienza con la autocompasión. Es el reconocimiento de que los desafíos de salud mental son parte de la experiencia humana y que debemos ser amables con nosotros mismos cuando los enfrentamos. La autocompasión no se trata de enmascarar nuestras luchas, sino de reconocerlas y buscar ayuda cuando sea necesaria.

 

Practicar mindfulness, meditación o yoga puede ayudarnos a ser más conscientes de nuestros pensamientos y emociones. Estas prácticas nos permiten comprendernos mejor a nosotros mismos, identificar los factores estresantes y gestionarlos de forma eficaz.

 

El cuidado personal no se trata sólo de tomar baños de burbujas y comer postre en la cena. Es priorizar las cosas que te hacen sentir como tú mismo, así que tómate un tiempo para conocerte a TI. Mantenga una lista mental o física de las cosas que le gustan, las que no le gustan, lo que es importante para usted, lo que le gusta de usted mismo y luego haga de esas cosas una prioridad. Haz las cosas que te traen alegría porque nadie más puede hacerlas por ti.

 

Así que siéntate contigo mismo, escúchate, cumple tus promesas, perdónate y, lo más importante, sé amable contigo mismo.

Conectarse con otros: construir una comunidad de apoyo.

La soledad es uno de los desafíos más importantes que enfrentan muchas personas con problemas de salud mental. Formar conexiones con otras personas puede proporcionar un salvavidas de apoyo. Fomente conversaciones abiertas sobre salud mental, creando un espacio seguro para que las personas compartan sus experiencias. Escuche sin juzgar y ofrezca su empatía y comprensión. A veces, el simple hecho de saber que a alguien le importa puede ser una poderosa fuente de esperanza para quienes están pasando apuros. Al abrirse a los demás, es más probable que encuentre personas que puedan ser y serán su mayor apoyo. También animas a otros a ser vulnerables también. La conexión surge cuando la vulnerabilidad se enfrenta con amabilidad.

 

Rodearse de personas comprensivas, comprensivas y empáticas fomenta un sentido de pertenencia y seguridad emocional. Estas conexiones sirven como amortiguador contra los desafíos que la vida nos presenta. Si le preocupa el bienestar de alguien, no dude en comunicarse con él y hacerle saber que está ahí para ayudarlo. Tu apoyo puede ser la luz que los guíe en sus horas más oscuras.

 

Unirse a grupos comunitarios, ser voluntario o participar en actividades grupales puede crear una sensación de propósito y conexión. El sentimiento de ser parte de algo más grande que uno mismo puede ser inmensamente satisfactorio. Ponte a prueba para desconectarte de la tecnología e interactuar con personas de tu comunidad local. Si no encuentras un grupo al que quieras unirte, ¡crea uno! No puedes encontrar a tu gente si no te esfuerzas.

Conectando con la naturaleza: El poder curativo del aire libre

En nuestras vidas urbanas, es fácil olvidar nuestra conexión intrínseca con el mundo natural. Sin embargo, este vínculo tiene un profundo impacto en nuestra salud mental. La naturaleza tiene una capacidad increíble para calmar nuestras mentes atribuladas. Ya sea un paseo por un parque, una caminata por el bosque o simplemente sentarse bajo un árbol, conectarse con la naturaleza puede ser un poderoso antídoto contra el estrés y la ansiedad de la vida diaria. Las investigaciones han demostrado que pasar tiempo en entornos naturales puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad, mejorar el estado de ánimo y aumentar el bienestar general.

 

Realizar actividades al aire libre como jardinería, trotar o andar en bicicleta no solo beneficia su salud física sino que también fortalece su bienestar mental. Salir a caminar no curará tu depresión, pero hará que tu sangre se mueva y que fluyan esas endorfinas, lo que no puede evitar mejorar las cosas al menos un poco.

 

Ser conscientes de nuestro impacto ambiental y adoptar prácticas sostenibles no solo ayuda a proteger la naturaleza sino que también fomenta un sentido de responsabilidad y conexión con la Tierra. Todo lo que tenemos proviene de la Tierra, por eso es importante fomentar esa conexión y sentimientos de gratitud por lo que la Tierra nos ha dado. En un mundo donde nuestras vidas son cada vez más urbanas y dependientes de la tecnología, nuestra conexión con la Tierra puede proporcionar una fuerza sanadora y de conexión a tierra. Al fomentar nuestra relación con la naturaleza y tomar medidas para cuidar el planeta, no solo apoyamos nuestra salud mental sino que también contribuimos a un mundo más sostenible y armonioso.

 

Para quienes luchan contra pensamientos suicidas, la naturaleza puede ofrecer una sensación de consuelo y una conexión con algo más grande que ellos mismos. Es un recordatorio de la belleza y la resiliencia de la vida, que puede ser profundamente sanadora.

Una nota para quienes luchan contra pensamientos suicidas

 

Si usted es una de las almas valientes que lucha contra pensamientos suicidas, recuerde que hay ayuda y apoyo disponibles. Comuníquese con un profesional de la salud mental, un amigo de confianza o un familiar. No es necesario que afrontes este viaje solo y existe un camino hacia la curación.

 

Los problemas de salud mental no son un signo de debilidad, sino un recordatorio de nuestra humanidad compartida. Con apoyo, comprensión y conexión, podemos superar los momentos más oscuros y encontrar el camino de regreso a la luz. Juntos, podemos crear un mundo donde la salud mental se discuta abiertamente, se apoye con compasión y se respete profundamente.

 

En conclusión, cuidar nuestra salud mental requiere un enfoque holístico. Al conectarnos con nosotros mismos, fomentar relaciones significativas y abrazar la naturaleza, podemos crear una base armoniosa y resiliente para nuestro bienestar emocional. Hagamos que sea una prioridad reducir la velocidad, desconectarnos e invertir en las relaciones y experiencias que alimentan nuestro espíritu.

La salud mental no es un destino sino un viaje de toda la vida. ¡Disfrutemos el viaje juntos!